Nombrada así por los antiguos colonos, que veían las hogueras de los extintos indígenas al otro lado del Estrecho de Magallanes, Tierra de Fuego se luce con la diversidad de su ecosistema.
Tras una breve travesía en barcaza, desde Punta Delgada se ven colonias de pingüinos y bosques, que al entrar a la primavera, luego de derretirse la nieve, cambian sus hojas de rojos atardeceres al más intenso verde.
Su capital provincial es Porvenir y lleva su nombre por las fumarolas encendidas, por los Selknam que podían divisarse desde la orilla opuesta del Estrecho de Magallanes. De empinadas laderas, donde guanacos y baguales corren libres y los cóndores planean solitarios los gélidos cielos. Tierra de diversidad, donde colonos que apostaron a trabajar en tan extremo lugar junto a los ancestros indígenas crearon un carácter único en tan inhóspita pero maravillosa región.